El autoconsumo industrial es un modelo de aplicación de las energías renovables que permite a las empresas producir energía eléctrica mediante la instalación de paneles solares fotovoltaicos, obteniendo una fuente de energía independiente, sostenible y económica, además de ser un método efectivo de mejorar la competitividad ante cualquier industria del sector.
El funcionamiento de esta tecnología es simple, directo, y automático para el usuario. Los paneles fotovoltaicos transforman la radiación solar en energía eléctrica la cual, tras pasar por el inversor, queda disponible para el consumo directo. La pregunta más común en este punto suele ser siempre la misma: ¿Mi instalación consume siempre primero la energía fotovoltaica antes que la de la red? ¿Cómo sabe que energía consumir? La respuesta a ambas es simple: La energía producida por la central fotovoltaica se genera a un voltaje ligeramente superior a la energía de la red, lo que la convierte en prioritaria para el consumo.
Las ventajas económicas para el cliente son visibles desde el momento en que se pone en marcha la instalación. Los costes de la energía producida, teniendo en cuenta la inversión inicial y la vida útil de la instalación, están entre 2,00 y 2,50 c€/kWh, mientras que los costes de comprar a red suelen estar entre 7 y 10 c€/kWh, lo que de media supone un ahorro del 75% en los costes de la energía producida.
La vida útil de la instalación, que se acaba de mencionar, depende del mantenimiento que se le de a la misma. Los fabricantes actualmente ofrecen garantías de producto de 10 años para placas solares y de 5 años para los inversores, siendo estos últimos normalmente ampliables hasta los 20 años también. No obstante, los fabricantes de placas solares ofrecen una garantía de producción energética de su producto de 25 años, asegurando que pasado este tiempo como mínimo el panel generará un 80% de su producción inicial.
El proceso de montaje es simple y nada molesto para el cliente, trabajando en todo momento sobre la cubierta y en la sala donde se decidan poner los inversores, sin afectar a la actividad de la industria. Esto, sumado a que los beneficios de la instalación están vigentes desde su puesta en funcionamiento, da una versatilidad a este tipo de plantas generadoras de energía que permite su puesta en cualquier momento, sin interrumpir las actividades del cliente.
Además, los últimos cambios en la normativa y leyes españolas relacionadas a las instalaciones fotovoltaicas permiten que su tramitación y puesta en funcionamiento sea mucho más rápida y simple, permitiendo solicitar nuevos modelos de negocio como la compensación de energía excedentaria o la venta de energía vertida a red, si quieres disponer de más información al respecto puedes leer nuestro artículo El RD 244/2019 y qué ventajas ofrece al autoconsumo fotovoltaico.